AL ENTRAR OS SALTARÁ LA PÁG. DE PUBLICIDAD ADFLY, POR FAVOR ESPERAD 5 SEGUNDOS Y DADLE A "SALTAR PUBLICIDAD"
ARRIBA A LA DERECHA. LO SENTIMOS, ESTA LA COSA MUY MALA.



REAL DEBRID DESCARGA DE MAS DE 100 PAGINAS DE DESCARGA COMO PREMIUM POR MENOS DE LA TERCERA PARTE DE LO QUE CUESTA UNA SOLA CUENTA PREMIUM

lunes, 21 de noviembre de 2011

CRÍTICA : FLORENCE + THE MACHINE - CEREMONIALS


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 6,7

Era lógico el revuelo que ha creado la publicación de Ceremonials, el éxito de Lungs, con algún tema como "Dog Days Are Over" convertido en hit, provocó expectación ante la dirección que tomarían Florence + The Machine para este segundo esfuerzo. Lo cierto, es que unas declaraciones de Florence Welch adelantando más soul y menos indie, parecían aclarar algo de lo que los fans encontrarían, pero el caso es que poco ha cambiado estilísticamente respecto al debut, y a pesar de mantener casi todas las virtudes de aquel, este álbum queda por debajo, es un buen disco, pero no un disco notable como era Lungs. Porque a pesar de que las variaciones que han incluido son pocas, lo cierto es que ninguna beneficia a las canciones. No sabemos si ha sido por esa intención de buscar un sonido más soul, pero lo cierto es que debido a ciertos excesos, se ha perdido algo de frescura, y eso para un grupo que arrastra un sonido denso, tanto instrumental como vocalmente, es muy importante, pues es fácil arrastrar cierta monotonía cuando se fuerza demasiado la búsqueda de hacer destacar los puntos fuertes del grupo.
Siendo positivos, no es difícil encontrar en Ceremonials las virtudes más destacadas del grupo, sigue estando una de las voces femeninas más impresionantes del mundo, una base instrumental sólida y espectacular a la vez, y la facilidad para, partiendo de clásicas del pop rock de los últimos tiempos (aquí sobre todas Kate Bush), conseguir espectaculares melodías que atrapan desde la primera escucha. Temas como la apabullante "What The Water Gave Me", la maravillosamente ochentera "Lover To Lover" donde la Welch se acerca completamente a Annie Lennox, la potente "Heartlines" o la preciosista "All This And Heaven Too" muestran todas esas virtudes que hicieron triunfar su debut. La parte negativa esta en esa perdida de frescura de la que hablamos, una falta que hace que temas tan atractivos como "No Light, No Light" o "Seven Devils" no se lleguen a redondear y se pierdan entre un exceso de coros y cargada instrumentación. Peca el álbum de alargar la duración en los temas (algo que a nosotros nunca nos molesta si es necesario), ese minuto y medio de más que duran los temas con respecto al primer disco, no le han sentado bien, como tampoco una producción demasiado rebuscada y recargada, obra de nuevo de Paul Epworth, aquí también co-compositor de muchos de los temas, con algunos como "Only If For A Night","Never Let Me Go" o "Spectrum" que los acercan demasiado a otras de sus producciones como Adele, y a un pop soul blando propio de listas de éxitos que los aleja demasiado de influencias antes más reconocibles como P.J. Harvey o Joanna Newsom.
Para terminar, aclaramos que nunca pensamos que Florence + The Machine fuesen a ser un estandarte del indie rock, pero sí que los imaginábamos como un grupo fresco que aprovechara sus cualidades circulando no solo por sendas pop, sino adentrándose también en el rock y el folk. Parece que no es ese el camino que van a seguir, y aunque supone una decepción comprobar que se han excedido en potenciar alguno de sus puntos fuertes, como la capacidad de jugar con la voz de Florence Welch o el innegable talento para cubrir los temas con una completísima instrumentación, haciéndolos perder parte de su encanto, no quita para reconocer que este Ceremonials es un disco destacado dentro de ese pop de producción cuidada que se acerca a un público amplio, y que merece el éxito que seguro obtendrá.

lunes, 14 de noviembre de 2011

CRÍTICA : TOM WAITS - BAD AS ME


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,5

Siete años han pasado desde que Tom Waits publicara su último trabajo de estudio con material completamente nuevo, mucho tiempo sin duda. Aunque la extensísima recopilación de Orphans, hace cinco, nos permitió disfrutar del genio de Pomona ampliamente, ya había ganas de nuevo de arrastrarnos en ese fango de blues, rock y folk de arrolladora personalidad, que ha conseguido llevarlo a ser uno de los pocos que ha creado un estilo único y propio. Para su regreso ha dejado a un lado la experimentación sonora que destacaba en sus últimos trabajos, para sonar más a sí mismo que nunca. En esa decisión se encuentra lo mejor y lo peor que podemos decir de Bad As Me, repleto de canciones intachables que suenan a clásico desde la primera escucha, supera a su antecesor, el gutural Real Gone, pero le falta ese punto de sorpresa, que si contenían por ejemplo los superiores Mule Variations o Alice/Blood Money. Queda pues un álbum que no se situará en el podio de su discografía, pero que alcanza sobradamente el notable y se afianza entre lo más destacado del año, como siempre que Waits entra en el estudio, confirmándolo como un tipo que nunca falla.
La primera parte del disco contiene la mayor parte de temas acelerados, acertadas explosiones de ese blues-rock arrollador al que tan bien le sienta la inigualable voz rota de Waits, como la excelente apertura "Chicago", "Raised Right Men" y "Get Lost", que parecen marcar un ritmo rápido aunque pronto dejan paso a temas pausados que marcan el camino en el resto del álbum (seis de los últimos nueve temas son lentos), y es curiosamente insertadas en medio de esas canciones más paradas donde encontramos los mejores temas movidos, la titular "Bad As Me" vacilona y contagiosa a más no poder, la rockera "Satisfied" tremenda desde la primera escucha, con unas arrolladoras guitarras de Marc Ribot y Keith Richards (recuperado de nuevo en unos cuantos temas y que se habrá divertido con la referencia a él y Jagger de la letra) y un Waits desbocado que derrite el cemento cada vez que suelta un "when i'm gone", y la simplemente salvaje "Hell Broke Luce". La fantástica parte rockera del álbum tiene su contrapunto en una extensa coleccion de baladas, que recorren los caminos clásicos del autor, desde el punto blues de la excelente "Face To The Highway",pasando por el aire de pianista al fondo de un bar oscuro a última hora de "Kiss Me" y "Pay Me", al toque country de "Back In The Crowd" y la desgarradora "Last Leaf",hasta el aire de villancico de "New Year´s Eve", y curiosamente también la mejor es la que se encuentra incrustada entre las canciones aceleradas del principio, ese perfecto tema de banda sonora de clásico de David Lynch que es "Talking At The Same Time". Para los más fans, la edición limitada de lujo incluye un segundo cd con tres temas extras, todos medios tiempos como "She Stole The Blues" y "After you Die" con sonoridad algo más rebuscada, aunque sin llegar a experimentos pasados, y "Tell Me" sencilla y acertadísima canción que bien merecía pertenecer al primer disco.
Es pues este Bad As Me, un trabajo donde el dúo compositivo que forman Waits y su esposa Kathleen Brennan, muestran todas las caras de los ya casi cuarenta años de carrera del artista de manera precisa y serena. Un álbum, que nos vuelve a demostrar que todo el reconocimiento que recibe es poco y que toda la admiración que levanta entre sus compañeros (además de Richards , vuelve a colaborar Les Claypool en un tema y se incorpora Flea en un par de temas) es merecida, gracias a una de las carreras más sólidas y regulares que existen en la historia del rock.

lunes, 7 de noviembre de 2011

CRÍTICA : WILCO + JONATHAN WILSON - AUDITORIO MAR DE VIGO 04/11/2.011


PUNTUACIÓN (SOBRE 10) - 8,2

Mientras esperábamos la apertura de puertas del Auditorio Mar De Vigo, no podía parar de pensar en que el concierto de Wilco se llevaría la máxima nota otorgada hasta ahora en este blog. Aunque la opinión preconcebida es la peor enemiga de una crítica, lo cierto es que recordando anteriores conciertos de los americanos, sin ir muy lejos el de hace un par de años en Santiago de Compostela de características muy similares a este, estaba convencido de que la noche nos acercaría de nuevo al grupo que se ha convertido en la máquina perfecta, sin duda uno de los mejores directos, si no el mejor, que actualmente existen en el planeta. Como se puede ver y aunque el concierto se lleve una estupenda nota (la mejor para un directo que hemos dado, eso sí), no ha sido así, y dándole vueltas al concierto nos hemos dado cuenta de que poco ha tenido que ver el grupo con ello. Diferentes razones hacen que este no sea nuestro favorito de los conciertos de Wilco, la primera una circunstancia personal, no nos gustan los conciertos sentados, nos paso hace dos años y aún más nos ha disgustado esta vez, dado que el grupo optó por el setlist más musculoso de toda la gira española, que hizo que los ya de por sí bastante justos asientos del auditorio, con poco espacio entre ellos, insufribles para gente alta, se convirtieran en un suplicio durante muchas partes del concierto (desde aquí un sobresaliente a los que en las primeras filas se levantaron para el inicio del concierto con "Art of Almost" y "I Might", imposible disfrutarlo a tope sentados). La segunda también tiene que ver con el escenario, y aquí quiero ser cauteloso, pues hace dos años también en el Palacio de Congresos en Santiago hubo voces críticas y nosotros sin embargo disfrutamos de un sonido perfecto, pero a pesar de tener una excelente situación centrados y en la mitad de la mitad delantera del graderío, nos llevamos la impresión de que el auditorio no aguanto del todo bien esas partes musculosas de las que hablamos, y la acústica se resintió por momentos, pero parece que a otros la acústica les pareció perfecta, de ahí lo de la cautela. La tercera razón sigue en terrenos del sonido, pues hubo fallos en el amplificador de Jeff Tweedy en la primera parte del concierto, y se le notó incomodo con ellos aunque se solucionaron, nosotros creemos que volvieron en los bises, momento en que la banda se lió a guitarrazos sin cesar, y esos fallos se juntaron con esa dificultad del auditorio que contábamos de aguantar aquel torrente sonoro y aunque a pocos pareció importar con la fiesta que nos habían montado estos genios para aquellos momentos, lo cierto es que la parte final del espectáculo se vio empañada por un exceso de distorsión y acoples. Por eso para nosotros la máquina perfecta sonó un pelín menos perfecta que otras veces.
La fiesta comenzó puntual, Jonathan Wilson, experimentado músico de estudio y productor, aunque no lo parezca, deleitó a un público aún a medio llegar, con ese sonido sesenta-setenta de la California de Laurel Canyon, mezclado con un puntito de los Pink Floyd mas calmados que recorre su segundo (sí segundo, tenía ya un disco publicado que aquí nunca llegó) disco en solitario Gentle Spirit. Agradó a pesar de las prisas con que acabó su actuación, dejándose el mejor tema de su disco, la cien por cien Neil Young "Valley Of The Silver Moon", en el tintero. Las prisas de Wilson se confirmaron cuando Wilco salto al escenario 15 minutos antes de la hora, a los miembros de la gira les esperaba un largo viaje en autobús tras el show, y no era cuestión de alargar más de lo necesario la espera. Sin concesiones a la galería, el sexteto para sorpresa de todos empezó con "Art Of Almost", contundente, precisa y con el espacio perfecto para que Nels Cline empezara su espectáculo de punteados espasmódicos, y continuo del tirón con la contagiosa "I Might", dejando claro que este iba a ser el concierto más diferente de todo su paso por España. Continuaron dando espacio a su lado más experimental juntando tres joyas como "Ashes Of American Flags","Bull Black Nova" y "I'm Trying To Break Your Heart", calmando un poco la excitación del inicio y mostrando que Jeff Tweedy no estaba de todo cómodo con su amplificador, después incluso paró el concierto para que se lo arreglaran, lo que dio paso a sus primeras charlas con el público, siempre repletas de ironía y buen humor. A nosotros a esas alturas ya nos parecía que la acústica estaba sufriendo en las partes potentes, pero cuando le arreglaron el problema (aunque el no quedo del todo contento, comento que no tocaba más la guitarra cuando la dejó, como siempre, para cantar "Hummingbird") pensamos que era por eso. Aún con todo el asunto de los problemas, la incomodidad de Tweedy no les impidió dejar una impresionante "One Wing" , o acercarse de nuevo a su último trabajo, con la delicada "Black Moon" y la guitarrera "Born Alone", para tras la siempre adorable "Hummingbird", dar una sorpresa al público juntando el tema que da titulo a su nuevo trabajo con un tema de su debut que no estaban interpretando últimamente, "Box Full Of Letters". A partir de ahí, con el grupo ya entonado y con Tweedy más cómodo llego lo mejor de la noche, si olvidamos "Capitol City" uno de los temas más prescindibles del álbum y de su directo, sonaron perfectas e insuperables, "Hanshake Drugs", uno de los mejores temas de la banda, "Jesus, Etc." la belleza hecha canción, "Impossible Germany", con de nuevo el impresionante Cline, más uno de los mejores juegos a tres guitarras de la historia de la música en su apoteósico final, de lo más celebrado por el público, y para sorpresa la enorme "Misunderstood", que tampoco venían tocando, parece que sustituyó a "One Sunday Morning" puede que por la petición de un fan a Tweedy, que consiguió como siempre volver loca a la gente con sus arrolladores Nothing finales. Muy pocos en el mundo pueden firmar algo tan perfecto como lo que se acababa de vivir, todos nos emocionamos y tuvimos claro que era el momento de quedarnos en pie cuando el grupo volvió para los bises. Lo hicieron decididos a no bajar la adrenalina y de nuevo variando con respecto a sus anteriores bolos, juntaron seis bises acelerados sin ningún tema que rebajara el ritmo. El problema fue que toda la potencia que desarrollaron a base de guitarrazos y con Glen Kotche desenfrenado a la batería, provoco un bajón en la calidad del sonido, con el auditorio retumbando y alguna guitarra y teclado distorsionando. No mermó esto ni un ápice la euforia del grupo ni del público, más bien demostró que temazos como "Dawn On Me", "A Shot In The Arm","I'm The Man Who Loves You", "Heavy Metal Drummer", "Monday" y "Outtaside" son irresistibles en directo. Terminaron así con dos horas de concierto, dos horas que mientras a la mayoría de los grupos más reconocidos del indie cool del momento se les hacen inalcanzables, a Wilco se le quedan cortas y te dejan esa sensación de salir pensando que ojalá hubieran tocado (ponga aquí los temas que desee), "At Least That´s What You Said", "Spiders", "Company In My Back", "Via Chicago", "Kamera", "One Sunday Morning", "Sunken Treasure" ...
Sin duda esa opinión preconcebida que llevabamos al concierto nos jugó una mala pasada, esperábamos el concierto perfecto y nos gusto algo menos que anteriores citas con los de Chicago a pesar de que hubo momentos majestuosos, pero es lo que tiene haber llegado al grado de compenetración que han alcanzado estos seis estupendos músicos, con dos como Cline y Kotche, entre lo mejor del mundo en sus instrumentos y un líder tremendo como Jeff Tweedy, de ellos ya solo esperas lo sublime. Seguirá, por que es inevitable, esa corriente de moda entre sus detractores de acusarles de sonar demasiado perfectos, de que son muy buenos tocando pero les falta garra, ya se sabe, son escusas vanales de quien no puede explicar por que no los disfruta (por otro lado algo lícito, sobre gustos ...), explicaciones sin sentido que todos hemos escuchado muchas veces sobre grandes artistas, que si es muy bueno pero le falta algo, que si tiene mucha fuerza pero le falta alma, que si, que sí, que un grupo impresionante en directo, incluso aunque no sea el mejor día.